lunes, 20 de octubre de 2014

Migración, delincuencia y empleo


Migración, delincuencia y empleo: René Quevedo

RENÉ QUEVEDO

03/10/2014 - El programa “Crisol de Razas” ha sido cuestionado por diversos sectores de la sociedad, que aducen contribuye al auge delictivo en el país y al desplazamiento de la mano de obra local. En este sentido, es necesario separar los hechos de las percepciones, la referencia anecdótica y la evidencia estadística.
Los extranjeros representan el 4.8% de las más de 70 mil detenciones que hacen los estamentos de seguridad cada año (3 mil 332) y el 3.4% de la población penitenciaria. Como referencia, los jóvenes de entre 15 y 29 años suman el 65% de las personas que buscan trabajo, pero en los últimos cinco años solo han obtenido 1 de cada 28 nuevos empleos estables generados por la economía. Ellos representan el 54% de la población penitenciaria y se ven involucrados en el 60% de las 70 mil detenciones que efectúan los estamentos de seguridad cada año.
La proporción entre jóvenes panameños y extranjeros detenidos por cometer delitos es de 20 a 1 por año, mientras que la relación en el sistema penitenciario es de 16 a 1. De los 46 mil 633 extranjeros regularizados gracias a “Crisol de Razas”, solo nueve han cometido delitos, lo que equivale a 1 de cada 5 mil 181. De tal manera que la evidencia no parece sustentar la supuesta relación entre migración y delincuencia.
La explosión delictiva en el país guarda directa relación con la abrupta caída en la participación juvenil en la expansión del empleo sostenible. Hace cinco años la economía generaba 15 mil 700 plazas de trabajo estable para los jóvenes por año. Durante el último quinquenio solo se produjeron mil 788 por año.
En el período 2007-2012 el pandillerismo aumentó en 441% (23 veces más que la expansión del trabajo), la tasa de inserción juvenil en la generación de empleo sostenible fue de 14% (los jóvenes ocuparon una de cada ocho nuevas plazas de trabajo estables). Hoy esa tasa es de 3.6% (1 de cada 28 nuevos empleos), promedio que se ha mantenido durante los últimos cinco años y crea las condiciones para que prolifere el pandillerismo y la delincuencia.
La tesis de que la mano de obra extranjera desplaza al personal panameño en ciertos trabajos alimenta el sentimiento antiinmigración, pero las cifras no son tan claras. En los últimos cinco años, el 44% del crecimiento de empleos ha sido informal y es común ver a extranjeros que realizan labores informales, por lo que hay que revisar las políticas migratorias. Sin embargo, el problema principal es que los adultos desplazan a los jóvenes en los trabajos estables, y que la delincuencia ha aumentado porque ese sector no encuentra una manera digna de generar ingresos, no porque haya más extranjeros. La evidencia es clara.
Debemos revisar la política migratoria, pero es urgente replantear las estrategias relativas al empleo juvenil, de lo contrario la delincuencia y el pandillerismo en Panamá tienen su futuro “asegurado”.



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